sábado, 17 de marzo de 2012

COSAS QUE HACER EN LAUREL CANYON

Arthur Taylor Porter aka Arthur Lee

"Pese a que “Love” y “The Doors” eran los únicos grupos de rock que tenía “Elektra”, jamás hubo mucha interacción entre ambos. O sea, no salíamos juntos. Sin embargo, durante un corto período, Jim Morrison y Bryan comenzaron a cultivar una relación de amistad. Jim iba a la pequeña unidad de Bryan a escuchar música, justo debajo de la casa de Arthur: hablaban y fumaban porros. Creo que la unidad de Bryan tenía un calientaplatos y una mini nevera. No era una auténtica cocina. Tenía entradas y baños separados. Lo que implicaba que los amigos de Bryan podían entrar y salir sin saludar a Arthur. Había una piscina situada unos veinte metros colina abajo, justo debajo de la casa, en la parte inferior, siguiendo unas largas escaleras de madera, y a plena vista de quince o veinte casas del vecindario. Un día, estábamos en casa de Arthur practicando “Stephanie Knows Who”, pero suavemente, con guitarras acústicas, cuando Arthur frunció el ceño y abalanzó su cabeza sobre un lado, como para escuchar mejor, entonces nos dijo que dejásemos de tocar y nos mantuviésemos en silencio.
Miró a Bryan:
-Oye tío, creo que hay alguien abajo, en tu casa.
Bryan miró despreocupado. “Ah, sí, es Jim, le dije que se quedara por ahí mientras acabamos de ensayar, luego andaremos por ahí. Se comió un ácido y está flipando”.
Así que retomamos “Stephanie”. Ninguno de nosotros pensó en ello durante los siguientes veinte minutos, hasta que Arthur se asomó a la ventana que da a la vista de la piscina. Paró de tocar y tuvo una reacción seria y tardía:
-Esto, Bryan, tu colega Jim está en la piscina.
Bryan siguió tocando la guitarra.
-¿Y? Le dije que podía usarla. ¿Te pasa algo? –preguntó con tono sarcástico, sin levantar la mirada.
Arthur seguía mirando por la ventana.
-Sí, bueno, no lleva ropa puesta. Va sin bañador. Está desnudo.
Bryan levantó la mirada. “Uf”.
Arthur comenzó a caminar hacia todos los lados, poniéndose bastante nervioso. “Tendrá cara el gilipollas”. Viene, usa nuestra piscina y ahora desfila en pelotas frente a nuestros vecinos repugnando a todo el mundo”. A punto de alcanzar el punto de ebullición, agitó la cabeza, “No me importa. Con ácido o sin ácido, voy a bajar ahí a darle una ración de Arthur Lee a ese hijo de puta”. Abrió la puerta corredera de cristal y comenzó a descender por las escaleras.
-No, tío, no –Bryan suplicó, pero era demasiado tarde. No pudimos escuchar lo que se dijo, pero a mitad de camino Arthur ya estaba gritando y moviendo los brazos. Pillé alguna palabra como: “Coge tus malditas cosas! ¿Cómo puedes ser tan estúpido, tío?”. Muy diplomático.
Jim salió de la piscina, cogió sus cosas y trotó escaleras arriba. Al pasar junto a la ventana pude mirar fugazmente su cara. Llevaba los ojos muy abiertos y estaba aterrorizado. Tras esto, ya no hubo una relación superficial de educación, formas diplomáticas o saludos entre los dos grupos. Cada vez que coincidíamos en el mismo cartel o grabando en el mismo estudio, trabajando con los mismos ingenieros, productores… nada. A veces nos saludábamos con la cabeza, pero eso era todo.
En cualquier situación similar donde dos grupos trabajan para el mismo sello, se sentarían a escuchar la sesiones de los otros o a contribuirían de cualquier forma en el éxito del álbum del otro grupo. Pero el incidente de la piscina había acabado con esa posibilidad. En años posteriores, Bryan recordaba a Arthur con cierta frecuencia cómo se había cargado su principio de amistad con Jim Morrison –ya sabes, a la vez de broma y en serio. Pero, aparentemente, Arthur nunca mostró ningún gesto de culpa ni nada parecido. De hecho, cada vez que Bryan sacaba el tema, Arthur se encogía de hombros como diciendo, “Me importa un bledo. Una lástima. No debió desnudarse en mi piscina”.
"Entre bastidores. De viaje con el grupo Love", de Michael Stuart-Ware, (Metropolitan Ediciones, 2008)


 Bruce Dern y Peter Fonda en "The Trip". Vista desde la casa de Arthur Lee en Laurel Canyon

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