domingo, 4 de marzo de 2012

LA VIDA MANCHA


- "Qué suerte tienes, Pedro. Puedes ir, puedes venir, puedes decir lo que sientes".
- "Di lo que sientes tú".
- "Siento que voy a perder algo que no es mío".


Al calor del éxito de “No habrá paz para los malvados”, y revisando la filmografía de Enrique Urbizu, descubrí, entre esta última y “La caja 507”, “La vida mancha”. No recordaba haber oído hablar nunca de ella y, después de leer la unanimidad de buenas críticas que la acogían, decidí verla. Y descubrí una magnífica película, quizás de las tres o cuatro producciones nacionales que mejor regusto me han dejado en los últimos quince años.
Narra la historia de un misterioso hombre, Pedro (José Coronado), que un día visita a su hermano Fito (Juan Sanz) después de años sin verse. Fito vive con su mujer Juana (Zay Nuba) y su pequeño hijo Jon una tranquila vida de estrecheces económicas causadas por la afición de Fito, camionero de profesión, al póker.
"Tu olor, tu risa, tus silencios... Son parte de mí"

Coronado (increíble lo que ha ido ganando con los años como actor) ejerce de timón de la trama. Se enamora de Juana, y encarna  a un tipo opuesto a su hermano. Contenido, en principio, en  sus sentimientos, enigmático, receloso de hablar y revelar su pasado, duro a veces, tierno otras, elegante, callado, melancólico, frío. Nunca llegamos a saber demasiado de él, apenas que llega y cambia la vida de los que le rodean y la suya propia.

No es una película visualmente atrayente en su factura. Una banal fotografía sería algo a apuntar en su debe. Su punto fuerte es un buen guión de Michel Gaztambide para una película que se hace grande en los silencios. En los silencios de Pedro, y en los turbadores silencios entre él y Juana. No es, en definitiva, “La vida mancha” una enorme película, una película, académicamente hablando, con mayúsculas. Pero sí es una más que recomendable película, una cinta sencilla, con momentos emocionantes, pausada, inquietante a cada paso, sensible.
Por último, reseñar que su inexplicable ausencia de premios (sólo Juan Sanz recibió una nominación a mejor actor revelación), no hace sino provocar el descrédito de los Premios Anuales de Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
"Camisa blanca, corazón negro"

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