Serpenteando antiguos lugares
de añejos sabores en los ojos.
El poso del pasado, vivo en cada calle,
de lo que pudo ser.
Maquinando ensoñaciones,
ardientes plegarias nocturnas.
Jóvenes ante el fogonazo,
conociendo las barricadas,
sentados a una mesa,
combatiendo.
Sábado, en cada tarde,
viéndome tras cada ventana,
en ida hacia el mar,
de vuelta al hogar,
si tan sólo pudiese…,
de vuelta a la noria,
felices sin red.
Así era el mundo,
la vida,
en las canciones de septiembre,
en los días de octubre,
en las navidades de soy y dije.
Cort, D.
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